Navegar por terrenos difíciles con soluciones tecnológicas avanzadas e inteligentes.
El proyecto Te Ara o Te Ata ejemplifica cómo los esfuerzos de colaboración y la tecnología avanzada de DYWIDAG, Groundfix y Alliance New Zealand superaron los retos en una zona remota y ecológicamente sensible. La utilización de un teleférico y la tecnología de anclaje inteligente minimizaron el impacto ambiental y permitieron un trabajo eficiente y simultáneo, con un importante ahorro de tiempo y costes.
Contexto
El proyecto Te Ara o Te Ata pretendía mejorar la conectividad y la seguridad en la carretera estatal 3. El proyecto requirió una estrecha colaboración entre DYWIDAG, Groundfix y la Alianza del proyecto, utilizando tecnología y diseño innovadores para superar los retos únicos de este lugar extremadamente remoto. La realización de pruebas y la supervisión de los anclajes a distancia permitieron ahorrar mucho tiempo y dinero. El proyecto incluía la construcción de dos puentes de aproximadamente 125 m y 30 m de longitud, y un túnel de 235 m.
En una región muy apartada y ecológicamente frágil de la Isla Norte de Nueva Zelanda, se construyó una nueva carretera de circunvalación para sortear la empinada, sinuosa y estrecha carretera de Messenger Mount. Esta zona cuenta con densos bosques y sirve de hábitat a numerosas especies vegetales y animales características, por lo que era imperativo minimizar el impacto ambiental de la construcción.
La implantación de un teleférico de 1.100 metros para el transporte de la maquinaria permitió pasar con éxito por encima de los densos bosques superiores, minimizando el impacto ecológico y eliminando la necesidad de una dañina carretera de acarreo. Este enfoque aceleró el calendario de construcción en aproximadamente un año, optimizando la eficiencia del proyecto sin dañar el medio ambiente y reduciendo las molestias y la congestión de la carretera existente.
Solución
Este proyecto muestra el enfoque creativo adoptado para superar los retos que plantea el anclaje de un teleférico en un emplazamiento remoto, con una torre central y tirantes fijados mediante anclajes al suelo. La planificación meticulosa del equipo y las técnicas de perforación fue crucial para la dificultad del terreno, especialmente para el punto de anclaje norte, al que sólo se puede acceder con helicóptero.
Para hacer frente a los retos, se instalaron anclajes de prueba antes de iniciar los trabajos primarios. Estas pruebas revelaron la existencia de una lodolita débil con una fricción superficial inesperadamente baja. Ante las restricciones de tamaño de la maquinaria, se aplicó una técnica de perforación por debajo de la roca para aumentar la capacidad de carga de los pozos. Este método cumplió eficazmente los requisitos de carga de los anclajes al optimizar la profundidad y el diámetro de las perforaciones.
El proyecto incluyó la instalación de anclajes multifilares, que alcanzaron profundidades de 18 metros en el lado norte con 11 filamentos, con cargas últimas de 2871 KN, y de 15 metros en el lado sur con cargas últimas de 2317 KN y perforaciones de 200 mm en la lodolita.
Reconociendo la función crítica de estos anclajes para la integridad del teleférico, se implementó un sistema de monitorización utilizando la tecnología Smart Anchor de DYWIDAG. Este sistema permite el seguimiento en tiempo real de las cargas de los anclajes y transmite estos datos a una plataforma remota. Este método facilita la supervisión continua de las cargas de anclaje, eliminando la necesidad de acceder físicamente a las ubicaciones de anclaje difíciles. Los diseñadores consideraron que los datos de carga en tiempo real eran extremadamente beneficiosos, lo que motivó la decisión de instalar anclajes adicionales antes de iniciar la construcción del teleférico, mejorando así la seguridad y la eficiencia del proyecto.
Debido a la extrema lejanía de la obra, la colaboración entre el cliente, el contratista y el proveedor fue crucial para integrar esta tecnología y fomentar soluciones innovadoras. La introducción del teleférico agilizó considerablemente el proceso de construcción al evitar la creación de una carretera de acarreo, acelerando así la finalización del proyecto y reduciendo al mínimo las perturbaciones en la calzada existente.